Liderazgo, articulación y una ciudad que demostró que su gestión no miente
Quito, Ecuador. — El concierto de Shakira no solo encendió el Estadio Olímpico Atahualpa durante tres noches consecutivas; también encendió la economía de Quito. Gracias al liderazgo del alcalde y al trabajo estratégico de Quito Turismo, en articulación con la industria, el sector turístico, la producción del evento y el Municipio, la ciudad alcanzó un impacto económico histórico de USD 55,5 millones.
Este logro no fue casualidad. Desde junio, Quito Turismo impulsó una política clara: convertir los grandes espectáculos en motores reales de reactivación económica. Meses de trabajo técnico, coordinación con más de nueve empresas e instituciones, mesas sectoriales, llamados a la industria, ampliación de servicios y planificación conjunta hicieron posible este resultado.
Durante los tres días de concierto se generaron:
- USD 7,8 millones en restaurantes y bares,
- USD 4,2 millones en alojamiento,
- USD 3,7 millones en transporte,
- Y un movimiento turístico de 135.994 visitantes no residentes entre el 4 y el 10 de noviembre.
El operativo articulado permitió también una experiencia segura y ordenada: 7.297 efectivos, más de 400 radios, 460 cámaras, tres PMU y un trabajo territorial que incluyó ferias reguladas, control de espacio público y gestión de residuos.
El éxito fue rotundo: 105 mil asistentes, lleno total los tres días, más del 90% de ocupación hotelera y un gasto promedio de USD 150,75 por persona por día. Además, el 40% del público fue no residente, lo que significa nueva inversión entrando a la ciudad.
A nivel internacional, Quito brilló con fuerza: más de 15,7 millones de personas fueron alcanzadas por la cobertura mundial, con más de 1.018 notas en prensa y un retorno de 211 veces por cada dólar invertido por Quito Turismo. Una vitrina global que reafirma a Quito como destino para grandes espectáculos.
Detrás de cada cifra hay trabajo, estrategia y visión: la visión de un alcalde que apuesta por la cultura como motor económico y de una ciudad que vuelve a creer en sí misma.
Quito demostró que está lista para grandes desafíos, grandes artistas y momentos. Hoy, la ciudad más linda del mundo, hoy más que nunca, brilla a nivel nacional e internacional y abre la puerta para que la ciudad sea sede de eventos de este tipo.


